La Valpolicella es una región de armonía, donde las suaves colinas se entrelazan con viñedos ordenados, antiguos pueblos y vestigios históricos de milenios. Marano di Valpolicella, uno de los cinco municipios que forman esta reconocida zona vitivinícola, mantiene intacto su encanto rural y la tranquilidad que ha caracterizado a este territorio durante siglos. Aquí, el paisaje está dominado por hileras de viñas cultivadas de manera orgánica y antiguas masías de piedra, sumergidas en un silencio que evoca la tradición.
Además del famoso vino Amarone, emblema de la región, la Valpolicella ofrece experiencias auténticas entre bodegas familiares, trattorias típicas y rutas panorámicas. El área está surcada por senderos y caminos secundarios ideales para caminatas, paseos en bicicleta o recorridos gastronómicos para descubrir los sabores locales.
Las atracciones cercanas narran la rica herencia cultural de estas tierras: desde los restos romanos de la Villa de Negrar, hasta las impresionantes cuevas prehistóricas de Fumane, y el Puente de Veja, un espectacular arco natural que también inspiró a Dante. El Parque de las Cascadas de Molina deslumbra con sus juegos de agua y senderos en el bosque, mientras que el Santuario de la Madonna della Corona ofrece una experiencia espiritual única, suspendido entre el cielo y la roca.
A pocos kilómetros se encuentran Verona, con su Arena y los románticos callejones relacionados con Romeo y Julieta, y el Lago de Garda, con sus orillas vibrantes, sus termas y los pintorescos pueblos que dan al agua. Esta zona es ideal para quienes desean combinar naturaleza, cultura, espiritualidad y placer gastronómico, en un equilibrio que solo la Valpolicella puede ofrecer.